Luchaban sin mentir a nadie,
sin mirar siquiera que había que dormir, comer
o beber agua,
ellos sólo sabían, llevar sacos de harina, escribir libros
o levantar casas,
Miraban con el corazón, con alas al maestro de las gafas,
sencillo médico,
luchador, emocionado con la risa desdentada que le animaba,
¿cuantas noches?, no se sabe,
sólo fueron mil dias de primavera,
sólo mil dias
sólo mil dias,
y vino la noche a sentarse, traía balas, hambre, tragedia
y miedo,
todo se terminó en un día, no, en una tarde,
la lucha contra el pueblo desarmado,
ya sospechaba yo con mis diez años que aquello,
no duraría mas que un chubasco,
porque la sequia nos seguiría durante diecisiete años enteros con sus
pascuas y años nuevos entre marchas militares,
estados de excepción , tortura, muerte, desparición y exilio,
los libros prohibidos,
los poetas desterrados,
los estadios como campos de concentración,
nada, borrará éste tiempo,
sólo hoy está mi canto fecundo,
para agradecer a la pachamama,
que cayó mi amigo, mi compañero, mi hermano
antes, para que yo pudiera cantarles.
solo mil dias de rosas
millones de balas.
NINA SALINAS.