Quien lo diría
cuando los helechos
nos poblaban.
Luego grandes e
infinitos monstruos
prehistóricos reptiloides.
Como podría al albor
de la humanidad,
nadie imaginarse.
Que millones de años
ha estado el hombre,
el homo sapiens.
Precioso mono alado
lleno de pinceles
de dedos inquietos
y estupefactos.
Nadie imaginó
sus canales
su maíz
en tierras aztecas,
pirámides.
Tan lejos en oriente,
otras grandes formas
de piedras inmutables.
O los aviones
o los barcos
la garganta de ave
en los conciertos de ópera.
Tantos monumentos
tantos pigmentos
plasmados en óleos
y acuarelas.
Pero hay cosas
En que no hemos avanzado,
Nada.
Somos capaces de exterminar
gentes,
diversas de colores
y continentes.
Sacar el oro
tapando el sol con un dedo.
Importan mucho más los ricos
que los que mueren de hambre.
No nos consideramos iguales
aunque el corazón tenga,
un latido al mismo ritmo pausado,
y la sangre sea toda roja y brillante.
Estamos perdidos.
el albor del universo
ha detenido sus pasos
dando lugar,
al hombre despiadado,
que ha herido su propio
costado.
Nina salinas. Madrid españa
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