EL número dorado,
el de proporcionalidad infinita
exacta,
concluyente,
cada ser como unidad
solemne,única e irrepetible.
Las alas de la mariposa y su crisálida
no pudieron ver,
lo que el arquitecto,
o Rodín y su pensador
o los griegos y sus estatuas olímpicas
de dedos a codo,
de codo a hombro,
y vuelta de hombro a dedos,
todas sus proporciones exactas,
para un individuo.
O las ramas de los árboles,
quizás las hojas,
con la memoria mágica,
de hacerlas crecer cada día,
según la savia,
producto del aire , la tierra y el agua.
Abro los ojos,tanto que me duelen
y puedo explicarme la belleza de tu mirada,
mis manos blancas,
el nudo de la corbata,
el flan de mi madre dentro de un cazo,
vertido sobre caramelo sediento de agua.
O quizás las montañas ,
edificios perfectos,
hechos de terribles tempestades de fuego,
agua y lava,
que yacían inermes esperando la llegada
del hombre infinito,
la bestia alada.
Nina salinas.
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